El objetivo de la gestión de la comunicación y las relaciones entre las organizaciones y sus públicos estratégicos es crear y consolidar vínculos sostenibles, duraderos y sustentables, donde se integren los interéses de todos, en busca de satisfacer las espectativas, necesidades e intereses de los mismos, un ganar-ganar que conlleve a generar el mayor valor en todos los procesos para cada uno de los actores involucrados y para la sociedad en general.
En una organización, empresa o institución, el desarrollo de sus actividades, el cumplimiento de sus objetivos y el éxito que puedan tener dependen en buena medida de las relaciones y la comunicación que sostienen con sus públicos estratégicos o stakeholders; más allá de su origen, sector, tamaño, estructura o finalidad.
Como seguramente sabemos, los stakeholders son individuos o grupos que van desde accionistas, empleados, clientes, proveedores, comunidades, sociedad, grupos de presión, gobiernos, medios de comunicación, asociaciones comerciales, hasta organizaciones de la competencia que tienen intereses en común y le dan legitimidad con sus acciones, juicios y opiniones; además, pueden influir o verse afectados por el desarrollo de la organización misma.
Es importante señalar que no todos los intereses de los públicos estratégicos van en la misma dirección de la organización y no siempre es posible estar de acuerdo con todos; pero es fundamental identificarlos, entenderlos y ser receptivos a ellos, áun de quienes no son clientes, empleados, proveedores, comunidades, ni financiadores propios. Lo ideal es integrar la mayor cantidad posible de intereses; una organización capaz de hacerlo gozará de una mejor reputación y ganará en confianza entre sus públicos estratégicos.
Hoy en día, uno de los temas más recurrentes es el de las crisis; sin importar el origen de éstas o sus características, una organización que genere vínculos sólidos y efectivos con sus stakeholders tendrá la capacidad de hacerles frente porque estará al tanto de los cambios en sus intereses y de las transformaciones en su ecosistema social, económico, político y medioambiental; se mantendrá en constante adaptación e innovación, lo que le ayudará a dotar de valor de forma consecutiva a todos sus procesos.
En otras palabras, para cualquier organización, empresa o institución la mejor forma de enfrentar una crisis es evitándola y la mejor manera de evitarla es mediante la construcción y el mantenimiento de relaciones sostenibles, duraderas y sustentables con sus públicos estratégicos.
Las relaciones con los stakeholders ya no son un apartado de las estrategias organizacionales, institucionales o corporativas; ahora forman parte integral de las mismas. Un modelo exitoso de organización sólo será viable integrando la relación con públicos estratégicos, su toma de decisiones y el emprendimiento de sus acciones en busca de crear el mayor valor posible para cada uno de ellos.