Siete meses después del primer contagio del nuevo SARS-CoV-2, nos hemos convertido en un tipo de portavoz y público que se alimenta y comunica de manera diferente. Dados los diversos canales de comunicación digital, la distancia social no ha sido impedimento para enterarnos minuto a minuto de lo que sucede en nuestra ciudad, país o continente.
A cuatro meses de concluir el sorpresivo 2020 aún no hay manera de saber si la problemática sanitaria durará uno, tres o seis meses más. A principios del segundo trimestre del año, las medidas de seguridad y aislamiento por el coronavirus tomaron el papel principal ante un hecho que parece salido del episodio de una serie de ciencia ficción.
Consumo digital, ¿cómo usarlo a nuestro favor?
Ante la regla de cuidarnos en casa, inevitablemente, medios impresos perdieron ritmo, financiamiento y presencia. De acuerdo con la Asociación Mundial de Editores de Noticias, la publicidad en tiempos de COVID-19, tuvo pérdida de ingresos general de hasta 80 por ciento o incluso el cierre definitivo de revistas y periódicos.
Mientras tanto, los formatos audiovisuales empezaron a tomar más fuerza. Ahora, en promedio, una persona ocupa de 30 a 40 minutos del día en revisar qué hay de nuevo en el mundo digital con hambre de aprender algo nuevo y de manera rápida; buscan marcas con significado que les sean útiles, menos superficiales, centradas en hacerles la vida más fácil y sencilla, prefieren aquellas marcas que comunican de manera auténtica y que agreguen valor.
La clave está en las redes sociales
En esta época, el equipo de comunicación de cada corporativo, de la mano de una agencia, tiene la oportunidad de posicionar a la marca como experto en su industria con perfiles de Facebook, WhatsApp y Twitter que brindan información de interés, fiable, y que sea inevitable de compartir; contenidos que cumplan con la inmediatez, la rapidez y la creatividad para fijarse en la mente del espectador.
En cuanto a opciones como Instagram, Youtube y Tiktok, las marcas pueden posicionar mensajes y servicios de una manera más sencilla y lúdica para un público que busca conocer más, mientras se entretiene o se toma un respiro. Por ejemplo:
- Presentar en menos de un minuto algún nuevo producto de la compañía y mostrar cómo se utiliza.
- Generar sentido de pertenencia con un tema de moda.
- Responder a inquietudes de la empresa, industria, producto o servicio en un Live a través de alguna de las plataformas mencionadas.
- Mostrar las acciones e ideología de la organización a través de publicaciones como la foto del día, videos o GIF.
Todo experto en comunicación tiene la labor de ayudar a sus clientes a ser los actores que no sólo comuniquen, sino que llegue a ser el lazo emocional que necesita un mundo que colapsó y trabaja por levantarse. ¿Qué mejor que las “benditas redes sociales” para ser nuestros escaparates virtuales?
Esta crisis es la oportunidad de ser creativos, no sólo se trata de vender y consumir; seamos creadores de una forma masiva de entretener, jugar y aprender diferente. Aprovechemos el momento para ser aquel mecanismo que beneficie y no solo incite a consumir.